¡Vaya con la qué esta cayendo en las finanzas públicas europeas!. Mi twitter echa humo por el chorreo de noticias, datos, opiniones… es brutal, lo que evidencia claramente que las cosas han cambiado mucho desde el verano de 2007.
Hasta el que no quiere saber nada del mundo, acaba enterándose de cosas tan «raras» como, los PIGS, la prima de riesgo, el CDS, el rating, el diferencial respecto al bono… los especuladores apostando al desastre. ¡Difícil estar al margen, verdad!, por lo que suban al avión, pónganse cómodos y por favor, no olviden el cinturón de seguridad, que el vuelo será muy pero que muy… movido.
Para entretenernos en lo que queda del largo viaje, van a proyectar un película en la que nuestros gestores públicos van a salvarnos de los nuevos malos del mundo, los especuladores.
Pero, ¿quienes son estos nuevos malos? Los especuladores son los que se benefician de las fluctuaciones de los precios. Me viene al recuerdo el libro Confusión de Confusiones, escrito en 1688 y del que se dice que es uno de los primeros que detalla el funcionamiento de los mercados financieros. Por tanto, los especuladores no acaban de aparecer para desestabilizar el estado de bienestar, existen y los conocemos desde siempre. Más bien creo lo contrario, los Estados… por acción u omisión, han abonado el campo de juego para que los especuladores jueguen a lo que saben, y van a ganar.
Mucho queda por hacer y las soluciones – datos que necesitamos para devolver la confianza al mundo tardarán. Se ha perdido mucho tiempo mirando para otro lado y siento que nos han descuidado, hemos enfermado por ello, y ahora el organismo necesitará tiempo para recuperarse. Por supuesto, la motivación y la confianza influye en la recuperación… y hasta en eso estamos escasos, ¡¡vaya desGrecia!!
Os dejo una cita que comenta Conthe en su blog: Vulnerabilidad conspicua, martirio probable .
…ya Ortega y Gasset advirtió de las dificultades políticas de una política de prevención. Lo hizo en «El error Berenguer», un artículo publicado en «El Sol» a finales de 1930 en la que el filósofo, tras elogia la gestión del Ministro de Educación, Sr. Tormo -quien, al parecer, había logrado calmar contra pronóstico las tensiones en la Universidad- explicaba así que no hubiera tenieod el merecido reconocimiento público: «La especie humana es demasiado estúpida para agradecer que alguien le evite una enfermedad. Es preciso que la enfermedad llegue, que el ciudadano se retuerza de dolor y de angustia: entonces siente «generosamente» exquisita gratitud hacia quien le quita la enfermedad que le ha martirizado. Pero así, en seco, sin martirio previo, el hombre es profundamente ingrato».
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Christian, Satellite Direct Tv