Hace unas semanas, desde el edificio más alto del mundo enviaba fotos de las vistas de Dubai a mi familia. Quería compartir con ellos aquella maravillosa vista. Días antes, en Vietnam revisaba junto a mis compañeros de España las finanzas del grupo de empresas. Recién llegados a la terminal del aeropuerto de Singapur, Miguel y yo chateábamos para encontrarnos en la parada de metro próxima al famoso edificio Marina Bay Sands donde él estaba. En Kuala Lumpur me tocó revisar la importación del software financiero que acabábamos de desarrollar en Velneo y desde el co-working de Bangkok, trabajábamos muy amigablemente con varias Start up asiáticas.
20 años atrás estaba en la universidad con ganas de conocer mundo, de aprender, de aportar… pero nunca me imaginé que aquel chico gracias a Internet iba a poder trabajar, hablar, estudiar, viajar de la forma que yo y que otra mucha gente hace.
Internet ha revolucionado la forma en que nos comunicamos. La comunicación facilita la cooperación y este trabajo en equipo, crea riqueza y bienestar. A pesar de la confusión global en la que vivimos, no podemos olvidar que tenemos con nosotros una herramienta muy poderosa que debemos usar para mejorar el mundo en el que vivimos.
Carlos Barrabés recordaba en su discurso de ayer en el senado por el #diadeintenet, que el uso de «la tecnología de la piedra afilada» permitió que aquel hombre de las cavernas sobreviviera a pesar de las dificultades que tenía. Hoy convivimos en una sociedad que ha crecido mal y tenemos que arreglarlo. Ya no vale cazar con las manos… tenemos que cambiar, tenemos que subirnos en la ola de Internet porque es ahí donde está la revolución que necesitamos!