Después de pasar una tormenta, cualquier palabra que transmita calma y sosiego es bien recibida. ¿Habéis escuchado/leído estos días la palabra SOSTENIBLE?. Yo sí, y la verdad, suena bien y nadie duda de que entre muchas cosas, necesitamos una vida más sostenible ;-).
Cierto, necesitamos una economía sostenible, pero… ¿qué es eso? Personalmente para mi sería cambiar muchas cosas, y para los políticos españoles una economía sostenible es lo que reflejan en el Anteproyecto de ley de Economía Sostenible.
Con muchas cosas que matizar, quiero empezar hablando sobre la preocupación número 1: el empleo
Primero hay que parar la destrucción de empleo, después empezar a crear puestos de trabajo y por último consolidar un sistema laboral sostenible.
Hoy España y otros países ven el modelo alemán como una salida (Ver Expansión.com). Analizando esta propuesta, ¿qué veo bien? reducir el tiempo de la jornada laboral puede ayudar a parar la destrucción de empleo y activar el mercado de trabajo en entornos de escaso crecimiento económico (lo siento, no creo en milagros).
¿Qué no veo tan bien? compensar la pérdida de poder adquisitivo con ayudas públicas no me parece sostenible, salvo que se hagan con condiciones y compromisos enfocados a reactivar la productividad. Ejemplo: 35 horas trabajo + 5 horas obligatorias de formación enfocada a la productividad.
Mismo poder adquisitivo hoy (35+5 horas pagadas) con un compromiso y una obligación de que empresa y trabajador mejoren su productividad en «x» años.
En definitiva, creo que empleo sostenible implica facilitar que la gente trabaje y que lo haga de la mejor forma posible. Los estados y los ciudadanos debemos tener claro que si no empezamos a mejorar nuestra productividad, es insostenible incrementar poder adquisitivo y empleo. Y las empresas deben comprometerse en repercutir la futura mejora económica con los trabajadores. ¿Nos comprometemos con la sostenibilidad?